En mi etapa educativa, por distintas razones me he visto forzado a tener que ampliar mi formación utilizando esta metodología online. He de decir que hay muchas universidades que están perfectamente preparadas tanto a nivel tecnológico como en sus metodologías para hacer sentir al alumnado lo más cercanos posible a los aulas.
Se debe de apostar por adaptar nuestra educación buscando hacer posible y viable una educación online, evidentemente soy fiel defensor de siempre que se puede que se produzca asistencia física en el aula, pero hay ciertos factores que imposibilitan a los alumnos a que esto pueda ser posible.Por ejemplo con los alumnos que tienen una patología de larga duración a los cuales se imposibilita la asistencia física en un aula, estos podrían con este método continuar con su formación desde sus hogares sin que una cosa interfiera en la otra.
Quizás también podría ayudar a llevar una educación sin tantos problemas a las regiones más despobladas de nuestro territorio nacional.
Se pueden utilizar modelos como el de varias universidades que desarrollan esta formación semi-presencial, donde un grupo de alumnos asisten al aula de forma física y otros de forma online.
Muy buena reflexión David. Claro que siempre que sea posible es mejor la presencialidad. El ser humano es un ser relacional (ya nos quedó claro en el primer cuatrimestre, jeje). Pero la docencia online ha venido para quedarse y, como bien dices, hay buenos motivos para ello. Mucho ánimo para la recta final.
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